Como todo el mundo sabe
Macri no es lector, ni bueno ni malo. Y en caso de haber leído
El Eternauta se identificaría con los
Ellos o el
Mano o sería un
Cascarudo o un
Gurbo, los invasores de la historieta.
Por esa ignorancia, por su extracción de clase y por su ambiente ideológico nunca va a entender que el rasgo más destacado de la obra por historietistas y analistas que la han estudiado, es la amplitud de interpretaciones sutiles, referencias veladas o segundas lecturas que podrían hacerse de la misma, de muy difícil comprensión a gente como ellos.
Oesterheld solía señalar que en El Eternauta el protagonismo siempre recae en un grupo de personas, más grande o más pequeño, conformando un «héroe en grupo» al que considera más valioso que el clásico héroe individual que triunfa sin ayuda de otros.
Y eso es demasiado para Macri, para los macris en realidad.