viernes, 12 de julio de 2013

van sumando

Los primeros cuatro Cedin "aplicados", es decir, cobrados tras la realización de una operación inmobiliaria o del sector de la construcción, fueron canjeados en el banco Citi por un total de 400.000 dólares.
Los otros siete certificados se concretaron a través del BBVA Banco Francés por un monto total de 468.000 dólares y también se efectuaron con toda normalidad.
En tanto, los 12 certificados suscriptos hoy se llevaron a cabo en Banco de la Nación Argentina y sumaron 968.000 dólares, elevando así el total suscripto desde el 1 de julio, primer día de la operatoria, a 3.991.000 dólares.

la fotorejunte del día

En el 2008 el país estuvo jaqueado por meses por un lockout empresario rural como reacción a la propuesta ideada técnicamente por Martín Lousteau y cerrara con su voto no positivo el exvicepresidente Julio Cobos.
Ayer almorzaron juntos en Mendoza, donde criticaron al gobierno de Cristina Fernández y hablaron de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en las que ambos competirán por encabezar la lista de diputados de sus respectivos distritos, nos cuentan por acá.
¿Será recordado el 2013 como el año electoral de las listas rejunte?.

en la casa de pepe

Lo cuentan ellos mismos:
Sinceramente, nos parecía una rareza que la tapa no fuera sorpresa, pero la ansiedad nos había matado: abriría La Garganta un Jefe de Estado... Recorrer Caracas fue tan maravilloso como conocer a Nicolás, pero su grito demorará un tiempo más, porque aunque nosotros también queríamos que se resolviera ayer, hoy o mañana, esa ansiedad no determina la agenda, ni la idiosincrasia venezolana. Y por suerte, la cultura no es una ciencia, así que deberemos tener paciencia. Sin portada cerrada, empezábamos a rascar las paredes, pensando en todos ustedes y en la palabra que jamás damos en vano: habíamos prometido un líder latinoamericano. Quemados en ese estrés, quedaban sólo unos días para fin de mes, pero decidimos no bajar los brazos, ni hacer una tapa en blanco que dijera "es lo que hay". 
Nos miramos, nos empeñamos y nos fuimos a Uruguay. ¿Y adivinen qué, che? Sin entrevista pautada, ni cita acordada, ni nada de eso que el protocolo indica, ¡caímos en la casa del Pepe Mujica! Porque leal a su historia, a su memoria y al futuro de la conciencia universal, el presidente villero se caga en la burocracia y en todo bien material. Vive normalmente, junto a su esposa y su mascota, con tiempo suficiente para tomar mate o para darnos una nota, con esa sensibilidad prodigiosa que le permite subirse a La Poderosa, en una campaña que desatará la revolución anfibia: "Te pido un mar, un mar para Bolivia". Parando la pelota en un planeta que gira a mil, le atribuye a la clase media las revueltas en Brasil, sin negar la desigualdad de esa sociedad acosada durante décadas por el manoseo de un sistema inmundo: "Es uno de los países más injustos de la tierra, en el continente más injusto del mundo". 
Desde la ideología y la gestión, le pone ladrillos a nuestros sueños de urbanización: "Si podés brindarle una casa humilde a una madre abandonada, no podés cobrársela, porque no tiene nada". Como quien sabe desandar esa senda de reconstrucción humanista, brega por el respeto a las luchas indigenistas, dado que "todavía nos falta ser menos gringos, menos europeos y menos racistas". Así, dejando en off side a los obsecuentes, asegura que "la democracia no es para ser iguales, sino diferentes". 
Pura coherencia, pura dignidad, "pues para ser idénticos, no precisamos la libertad". Siempre poniendo el cuerpo, sin esconder el corazón, resistió con los Tupamaros, como batalló por la legalización, aunque se tensionara la soga, "porque el narcotráfico es mucho peor que la droga". 
Y tras el acercamiento de Uruguay a la Alianza del Pacífico, nos transmitió tranquilidad para la Argentina, "porque apenas se trata de ocupar todos los espacios donde se discuta la integración de América Latina", desmintiendo las especulaciones que avisoraban a nuestros países divididos: "Entramos ahí, para darle batalla a los Estados Unidos". 
Con acuerdos y diferencias, bancamos a José, porque es una masa: "Cuando era joven quería cambiar al mundo y, ahora, la vereda de mi casa". No debe haber precedente de un acceso tan inmediato a un presidente, porque un domingo a la noche nos atrevimos a embarcar y el martes a la mañana desayunamos en su hogar. Que no es una mansión, ni tampoco un sucucho: "¿Pobre? Pobre es el que necesita mucho".