“Mi antecedente de participación política fue el rabino Marshall Meyer, que se jugó la vida en la dictadura. A él le decían lo mismo que a mí: cómo un rabino se va a meter en política”, dijo el primer candidato a diputado porteño por el PRO, Sergio Bergman. Sin embargo, en julio de 2007, quien lo desmintió fue Naomi Meyer. “Nada más alejado de la verdad”, dijo la viuda. “Los actos y posiciones políticas del rabino Bergman están en las antípodas del pensamiento de Marshall Meyer. A mi esposo le daría vergüenza saber que un rabino argentino como Bergman propuso cambiar la palabra libertad por seguridad en el himno argentino. Tampoco hubiese aceptado compartir un estrado con Juan Carlos Blumberg mientras anuncia su intención de coartar las libertades individuales. Quienes conocimos a Marshall sabemos que como parte de su fe religiosa estuvo en la Plaza de Mayo junto con las Madres durante la dictadura”. Como conclusión le rogó que dejara de “utilizar la figura de mi esposo sin conocer ni su obra ni a sus verdaderos discípulos.”
Lo recordó hoy Horacio Verbitsky.
las cosas claras y la cerveza fria.
ResponderBorrarQue persona desagradable este señor del gorrito. Casi tanto como el Mauricio inútil.
ResponderBorrarda como asquito no?
ResponderBorrarMartin Campos
Tipico, hombre de lengua rapida y cerebro lento.
ResponderBorrarPoner al rabino Blumberg a la cabeza de la lista de candidatos a Legisladores es un acto claramente antisemita de Mauricio Macri.
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