se creía dios

Condenado a perpetua por violaciones a los derechos humanos, prisionero de un cuerpo atormentado por la falta de oxígeno y de un corazón que no marcaba el paso, degradado en politica, en lo social y en su propia profesión. Uno de los símbolos de los que se sintieron dueños de la vida de los argentinos. Murió hoy, a los 85 años, Antonio Domingo Bussi, un hombre de ojos claros y mirada oscura, que un día se creyó Dios pero luego entendió que no lo era.
Por ahí, donde esté, tal vez tenga el último juicio condenatorio.