Por hoy basta.
El FMI suspendió pagos a Argentina hasta que se redefina el acuerdo que tres veces aseguraron que estaba cerrado. Cancelaron el desembolso previsto para septiembre.
Lo que hoy resulta cómico la historia lo va a juzgar como trágico.
ja ja ja ja ja
ResponderBorrarpozos con forma de caja fuerte
ja ja
Y antes dijo que todo era culpa de una pista falsa que les pasó por telefono algún anónimo mailntencionado.
ResponderBorrarCuesta discernir ya si todo esto es real o un sueño, por ahí ese es el plan de estos hdp, hacernos creer que estamos alucinando. ¿Pato Bullrich? ¿La borracha que detuvieron en un control de alcoholemia? ¿La que le sacó el 13% a los jubilados? ¿La que se fue en helicóptero con la Alianza en el 2001? Cualquiera dudaría de que esto esté pasando en serio.
Asi que como bien expresó José: Por hoy basta.
La ministra cada vez se perfecciona mas
ResponderBorrarHay que ser agradecidos con esta ministra, apwenas un o ve una foto, la escuvha o lee sus eructos, ya tá, no hay que explicar nada, no hace falta decir nada, la porquería macrsista queda a la luz, fácil, simple, directa y en toda su fulerez de ssiempre, disfrazada de rambo o de funcionaria en festichola disimulando la copa de tinto.... lo único que habría que hacer es decirle a la gente es que se cuide, que no vea seguido, que es tóxica, que produce caspa, seborrea, úlceras y disfunción eréctil, pero bueno, es común a la fauna de chicas amarillas, hacen mal. mejor abstenerse.
ResponderBorrarSeguimos riéndonos de estas pelotudeces, o hacemos foco en que le están regalando arriba de 100 palos verdes por día a sus amiguitos para que salgan de la trampa de las lebacs antes de que el pais explote?
ResponderBorrarDeberíamos ser más comprensivos y recomendar estudios de imágenes para evaluar involución cerbral producto del abuso de alcohol.
ResponderBorrarA lo que no me puedo sobreponer es a que mis compatriotas hayan votado esto.
ResponderBorrarNo, Luiggi, nadie se ríe con las andanzas de esta cosa impresentable, ahora, es una de las que ofrece, en su siniestra ridiculez, formas más distendidas de encarar la perversa realidad que el amarillaje nos regala...y nos queda que ni siquiera es la peor, porque el catálogo de desgracias virreinales es interminable.
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