-Pueden opinar sobre epidemias, fútbol, seguridad, sistemas electorales, crisis sistémicas, o lo que sea siempre con la misma petulancia.
-Solo leen los títulos y apenas los encabezados.
-Si no entienden algo lo omiten la ignorancia y dan su propia explicación.
-Son ansiosos, compulsivos, verborrágicos. especialistas de todo.
-Son famosos opinólogos con doctorado de nada.
-Cuando habla otro del panel hacen muecas desaprobatorias.
-Saltan de enunciados a enunciados sin continuidad.
-Algunos del plantel permanente, otros ocasionales, inconsistentes todos.
-Algunos del plantel permanente, otros ocasionales, inconsistentes todos.
-Se prenden al debate en cualquier tema que se los convoque o no se los convoque.
-La superficialidad es la norma.
-Y algunos cobran incluso para eso.
Bueno, pero estas gentecillas no son lo peor, el tema es ese público cautivao, ahora más cautivo que nunca por la cuarentena, que los toma en serio y se morfa la estúpida y amañada ignorancia de esa fauna.
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