La deuda bruta está medida como porcentaje del PBI, una forma de reflejar la incidencia del endeudamiento sobre la economía local (qué porcentaje de la riqueza que genera anualmente el país sería necesario destinar para cancelar la deuda total). Gráficamente, se puede ver el proceso de desendeudamiento entre los años 2005 y 2011, un amesetamiento posterior hasta 2014, el escalón de suba hasta 2017 y el violento salto de la deuda en 2018 y la nueva suba en 2019.
Así, la deuda total que venía de proporciones cercanas al 120% del PBI tras la crisis y default del 2001 (90% sólo de deuda externa), cayó paulatinamente hasta 38,9% en 2011 (24,8% la externa) y volvió a trepar hasta llegar al 86% en 2018 y 90% del PBI en 2019 (65,7 y 70%, la proporción deuda externa/PBI).
Tomando exclusivamente el período macrista, al cual se refirió el ex presidente: la deuda pública total pasó de representar el 53,1% del PBI en 2016, al 90% en tan sólo tres años. Peor aún, la deuda externa, la que necesita divisas para pagarse, pasó en el mismo período del 36,5% del PBI a representar el 70% del producto anual. Casi el doble en tres años.
Macri dice que la deuda que dejó es la misma que recibió. Los datos dicen otra cosa.
Dos cosas que no se ven en el gráfico y que son parte esencial de la mentira del domador de reposeras.
ResponderBorrarLa primera es que en 2015 incluyen el arreglo de la deuda en litigio con los buitres más el sospechoso adicional por los gastos que se les pagó y no estaba en la sentencia.
La segunda es que era o no exigible y por quienes, así como porcentaje de PBI en divisas en manos de privados solo había alrededor del 8% y con organismos internacionales cerca del 5%, la mayor parte del resto estaba en manos de organismos nacionales, y eso fue vendido a fondos internacionales siendo toma de deuda oculta. Es como pasar de deberle a la abuela a deberle al prestamista del barrio, ni siquiera al banco, al prestamista.