Leemos:
Cuando Javier Milei se convirtió en presidente de Argentina, eligió a un ex banquero de Wall Street para dirigir la economía. Un profesor de Harvard se encargó de reducir la burocracia. Y a un ex ministro de seguridad se le encomendó la lucha contra el crimen.
Pero para su socio más importante en el gobierno de Argentina, eligió a un pequeño vendedor de pasteles en Instagram: su hermana, Karina.
Ahora, el nombramiento está poniendo en peligro el futuro de sus planes para rehacer la economía argentina, tomar una motosierra para desenfrenar el gasto público y arrasar con una clase política desdeñada como corrupta.
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