Fijate qué preocupación tienen algunos y nosotros en cambio entusiasmo:
Ollanta Humala salió de los últimos lugares en las preferencias de los electores para ponerse a la cabeza en las encuestas. ¿Qué pasó? No necesariamente las encuestas mienten; las encuestas honestas, las que no son complacientes con los clientes, las más serias y profesionales dependen del humor de los encuestados que a veces no saben lo que quieren y cambian de opinión a última hora, frente a una buena campaña o un acontecimiento imprevisto. Eso parece que está ocurriendo en Perú.
Como Chávez en 1998 ahora Humala cambió de discurso y de forma de vestir, abandonó poses revolucionarias y admira a Lula, no quiere saber nada con Venezuela, emplea un argumento manido, dice que el modelo venezolano no se aplica al Perú. ¿Está mejor asesorado? Por desgracia para los peruanos, sólo sabrán la verdad si lo eligen presidente, le dan oportunidad de mandar y comprobar que les había mentido.
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2 comentarios:
Por algo lo defenestra tonto la oligarquia peruana; Ladran Sancho señal que cabalgamos.
Carlos Alberto Guerrero
mucho para elegir no tienen alan garcia los hunde en el fondo del mar
Julio Campi
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