Esta propuesta fue la esgrimida por el gobierno de Néstor Kirchner a comienzos de 2005 para convencer a los acreedores argentinos para canjear la deuda, con lo que logró una adhesión de más del 66 por ciento. Aunque les va a costar reconocerlo.
“Los tenedores de bonos griegos podrían obtener una retribución atada al crecimiento económico por aceptar el canje de deuda, lo que aliviaría el impacto de recibir una tasa de interés inferior de los nuevos bonos”.
Kirchnerismo al palo.
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