Se trataba de la Plaza de San Pedro. Quienes no saben distinguir las distintas especies de aves, suponían que era una paloma y hacían alusión al Espíritu Santo que en esos momentos estaría inspirando la elección papal.
Otros comentarios se referían a que un día lluvioso y frío como en esos momentos se vivía en Roma invitaba a un ave a buscar la tibieza que emanaba de una chimenea.
En realidad el ave aposentada en la chimenea de la fumata era una gaviota de la especie Larus argentatus. Larus es el nombre genérico de las gaviotas, y argentatus hace referencia a su color blanco, color que en heráldica se llama plata (argentum), lo mismo que el nombre del país de donde proviene el nuevo papa: Argentina, cuyo nombre se deriva del Río de la Plata, el río más ancho del mundo, sobre el que se recuesta la ciudad de Buenos Aires, llamada por ello “La Reina del Plata”, que hasta este momento era gobernada eclesiásticamente por el nuevo pontífice.
Se sabe que en este blog no creemos en las certezas absolutas. Lo que significa creer un poco en todo.
2 comentarios:
un personaje de Flaubert creía, al final de su vida, que el espíritu sanato era un loro (ver "el loro de Flaubert" de julian barnes). yo, a pesar de ser medio pajarón, no creo en el espíritu santo. Ni en el papa.
Comenté el miercoles en otro blog, que al ser de la orden jesuita, y se elevado a Papa, es el superior de los jesuitas, y al superior de los jesuitas proveniente de la orden, el general, se lo denominaba el Papa negro, y como él dijo que venía del "fin del mundo", entonces tenemos el Papa negro del "fin del mundo", solo que no es un suceso catastrófico, sino un simple origen geográfico.
Dedicado a quienes crean en las profecías.
Nunca menos y abrazos
Publicar un comentario