Esta semana, más precisamente el domingo 25, se cumple otro aniversario del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, que la justicia se lo atribuyó a colaboradores de Alfredo Yabrán quién acorralado, se suicidó disparándose con una escopeta.
Según la investigación forense, el cadáver era de Yabrán, confirmados luego por peritos, genetistas, criminalistas y forenses de primera línea, pero algunos medios de comunicación pusieron en duda la posibilidad del suicidio dada la longitud del cañón y los brazos.
Esto dio pie a una leyenda urbana que plantea que no se habría suicidado realmente sino que habría realizado un montaje para que así lo pareciera. La teoría más aceptada en el imaginario de los argentinos es que un tercero habría intentado suplantarlo, presentando documentos adulterados e incluso imitando la firma.
Fue un suicidio comprobado hace 17 años. Pero una parte de la sociedad necesita creer en mitos y versiones que no coinciden muchas veces con la realidad.
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