Leemos.
"Justamente los hinchas de Racing reconocieron la gloria doméstica reciente, porque hubo aplausos y cánticos en honor al esfuerzo general del equipo y al espíritu de lucha; esa actitud de no rendirse, lógicamente entremezclados con lágrimas y el sabor agrio de la eliminación. La gran ovación de la noche en el Cilindro se produjo cuando el arquero suplente Ibáñez atajó el penal, sobre el final del primer tiempo. Y después, cuando el árbitro decretó el final, las tribunas gritaron recordando al último campeón. Fue un cierre triste, pero con la frente alta".
Sufrida y generosa hinchada. Ejemplo para los que no somos de Racing.
2 comentarios:
Cuando se vuelve luego de una situación traumática (descenso, quiebra, crisis) la actitud es otra, se siente como un tiempo extra. Todo se vive con otra dimensión. Soy de River y después de la B disfruto todo, cada punto ganado es la gloria y si nos hacen cinco goles, espero la revancha... es fútbol, nada más.
Así es, soyelyugo. Comparto.
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