El gobierno avanza hacia las urnas por una ruta pavimentada de anuncios autocongratulatorios: la economía crece, la inflación y la pobreza se reducen, los créditos para vivienda alcanzan nuevas cumbres, una prestación universal de salud cubrirá a 15 millones de personas que no tienen prepagas u obras sociales.
La publicidad invita a los nietos a darles una mano a los abuelos con los trámites para la reparación histórica.
El problema es que esta hábil ficción poco tiene que ver con la realidad.
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