miércoles, 7 de febrero de 2018

ruido y riesgo para los tomadores de créditos uva

Los créditos hipotecarios UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) quedaron amenazados por la aceleración inflacionaria y la suba del dólar. En un intento por preservarla, la banca oficial y la propia Casa Rosada, salieron en auxilio de los tomadores de estos préstamos cuyas cuotas se indexan por el índice de precios y se utilizan para operaciones inmobiliarias pactadas en billetes estadounidenses.
Ante eso, la banca oficial ofreció una solución pero polémica: ampliar el monto otorgado de 30 a 40 años para cubrir la diferencia de precio. Y aceptar el tomador del préstamo una proporción más elevada entre cuota e ingresos, por encima del 25% que el sistema financiero suele tomar como pauta recomendable.
Otro de los éxitos oficiales que ahora hace ruido. Lo tratan por acá y por acá los perfiles de los tomadores que se ubican mayormente entre los 35 y los 45 años (aunque seguidos muy de cerca por la franja de 26 a 35), con ingresos familiares que oscilan los $ 33.000, y piden, en promedio, $ 1,5 millones. La principal razón por la que eligen la modalidad UVA es porque ofrece una cuota inicial equiparable al precio de un alquiler (la mayoría de ellos son inquilinos), aún cuando estos últimos también se indexan por inflación y esta variable va por encima muchas veces del crecimiento de los salarios.
Preocupación.


3 comentarios:

Eduardo dijo...

La unica logica que encontré para que alguien decida tomar este tipo de "préstamo" (lease licencia otorgada a la patria financiera para esquilmarte) es para el que alquila: en caso de llegar al extremo (a mi juicio y dada la coyuntura altamente probable) de tener que devolver el derpa al banco, hacer de cuenta como que se estuvo alquilando y volver a alquilar nuevamente, si llega a salir bien, te quedás con el departamento y la cucarda del banco "40 años años donando sangre para nosotros".

gustavo piazza dijo...

empieza a tener olor a 1050 ésta gilada...

Vanesa dijo...

Eduaardo, es cierto tu razonamiento. Pero en algunos casos en experiencias similares la gente perdió la casa y se quedó con una deuda gigantesca.