La inflación de los trabajadores fue de 6,1% en octubre y ese fuerte número aceleró el deterioro del salario real, que cayó al nivel más bajo de la última década, según el informe del IPC del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) publicado ayer. Para llegar a ese punto, el desplome del poder adquisitivo fue de 18% entre diciembre de 2015 y octubre de este año. Se trata de la caída más fuerte desde el 2002.
El dato es publicado todos los meses por el IET aunque en este caso salió a la luz en pleno tire y afloje por el anuncio oficial del bono de $5.000, con cumplimiento obligatorio por parte de las empresas. Con la medida, el Gobierno apunta a desactivar el potencial conflicto social en un diciembre que, para colmo, arranca con la reunión de los líderes mundiales del G-20. Sin embargo, el respiro que lograría darle al poder adquisitivo perdido sería apenas un paliativo de la caída anual. Por eso desde los sindicatos buscan que su aplicación sea extraordinaria y que no se descuente de las futuras paritarias.
Tal como explicaron a BAE Negocios desde el IET, si no se aplicara un bono de $5.000 los salarios nominales de 2018 cerrarían en promedio un 25% por encima de los de 2017 en términos nominales. Eso contra una inflación promedio de 34% (que punta a punta daría el esperado 49% para este año). En cambio, con la aplicación plena del bono los salarios nominales cerrarían 27% arriba en promedio. Así, sin bono la pérdida promedio del salario real en 2018 sería cercana al 7% y con bono de aproximadamente el 5%. "La comparación punta a punta del salario real promedio es mucho mayor, superior al 10%, lo que deja un arrastre muy negativo para 2019", afirmaron.
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