Portada de Clarín del 24 de marzo de 1976 y ausencia de la definición de golpe de estado, normalmente cívico militar.. El conjunto de los medios respondieron a esta definición.
Incluso hoy mismo hay sectores de la dirigencia política que lo siguen pensando.
Así como niegan que en Bolivia en estas horas se gestó una interrupción democrática. Es decir, un golpe de estado.
7 comentarios:
El lado positivo de que al Golpe de Estado en Bolivia no quieran llamarlo por su nombre es comprobar que hoy dar un Golpe de Estado es tan reprobable que prefieren mentir sobre que el golpe no es un golpe.
Todavía no reconocieron que son 30.000 los desaparecidos mirá si van a reconocer que lo de Bolivia es golpe de estado.
Lo de Bolivia nos muestra que estuvimos discutiendo durante años, al pedo, sobre si en Venezuela había democracia o no, con gente a la que la democracia le importa un comino.
Hoy se está negando algo mas que un golpe de estado. -Golpe de estado- solía tener un significado "político". Esa etiqueta solemne se pudrió, se hizo estiercol, se rompió. Hoy se sabe que lo que se está negando es una "limpieza étnica", una revancha de los racistas "blancos" dueños coloniales de una tierra y un pueblo que esclavizaron. Y ya no soportan que esos esclavos liberados sean ciudadanos comunes que pueden ser parte de la vida política.
Estamos viendo como hay una orden de asesinar a Evo y seguimos metro a metro como escapa de un magnicidio que todos saben que es una operacion en plena ejecución que todos callan.
"Golpe de Estado" ya no alcanza para describir un genocidio, la desaparicion de cientos de miles, su tortura, mutilacion y violacion, el robo y el saqueo planificado y sistematico de toda una nación. Eso lo descubrimos los argentinos en el '83 cuando levantamos esa cortina negra titulada "Golpe de Estado" y vimos que era mucho mas que eso. El horror, la barbarie, el crimen de lesa-humanidad.
Golpe de estado no alcanza para describir esto:
"Los indios no son humanos, hay que matarlos, que vayan al final de la fila, que vayan a hacer sus necesidades a los yuyos no a los baños de los blancos, que no vayan a la escuela, y menos que menos se les ocurra ser presidentes"
Nunca creí que sintiera tanta verguenza del salame que tenemos de presidente pero en el caso de Bolivia ya es la gota que derramó el vaso. Y que esperar de Clarín y la Nación. Son la peor mierda del país.
Cuando Estados Unidos comenzó a manijear, hace años, el "eje Venezuela", lo primero que pensé fue "Venezuela no es es el objetivo, es Bolivia, están haciendo la del tero, gritar por un lado y poner los huevos que importan, en otro". El proceso transformador de Bolivia era una piedra insalvable; su enclave subcontinental era de vital importancia. Más tarde o más temprano, y vistas las tensiones raciales y de clase interiores y las apetencias geopolíticas constatables respecto de ese país, sobrevendría un golpe.
Ahora bien, la raja por donde coló el golpe fue un error de tenor político mayúsculo: la llamada a un plebiscito que finalmente se desconocería y la convocatoria a resolución contraria al resultado, por vía de autoridades electorales. Si se aceptan determinadas reglas de juego, si se proponen, esas reglas deben aceptarse.
La continuidad de los procesos de transformación estructural es problema recurrente en nuestro continente. Es preciso, para esa continuidad, un esquema de sucesión que asegure, medianamente, tal evolución positiva. Y la Historia enseña con innumerables ejemplos que eso dista de ser una aritmética segura: los ciclos van y vienen más allá de las intenciones honestas de quienes los encarnan.
Cuando en Argentina se jugó con reglas consensuadas sujetándose férreamente a lo dispuesto en el Contrato Social, nos tocó perder por centésimas de porcentaje. La administración gubernamental que salió en 2015 tuvo que enfrentarse no sólo a su cesantía legal y a un ciclo devastador para la población general, sino también a la cárcel, la interdicción y el vejámen para algunos de sus funcionarios y militantes (los cuales, lejos de salir del país se quedaron a enfrentar ese tornado arrasador).
Hoy día muchos compañeros se preguntan si seguir las reglas es razonable a la luz de los especímenes políticos espantosos que suceden a las administraciones progresistas en el subcontinente. Mi limitada y personal respuesta es que sí, que es necesario no salirse del marco legal y consensuado. Porque de lo contrario, no sólo pueden sobrevenir espantos como el que atraviesa hoy Bolivia, sino que toda acción posterior de regreso o asunción quedaría viciada de nulidad.
Los referéndums son armas de doble filo porque apelan al campo hiper subjetivo de las poblaciones. Entrar a ese juego implica una decisión fuerte que, de hacerlo, debe respetarse.
Hoy nos abocamos a despanzurrar la noción de golpe de estado cuando en realidad es gratuito: un golpe es un golpe, no hay mucho más que discutir al respecto. Lo que me duele profundamente es la orfandad en la que ha quedado el pueblo boliviano, sujeto a toda clase de barbaridades inimaginables. Y la pregunta que me formulo y no puedo responderme es cómo fue que ni Evo ni su plana mayor consideraron que ese malhadado plebiscito sería insalvable de traspasar. Hay una gran responsabilidad en la toma de esa decisión y en haberla desandado desprolijamente. El golpe sobrevendría en algún momento porque respondía a un plan neocolonial pero su aceleración involucra, infelizmente, a más nombres que los de los perversos Camacho, Mesa, Trump y los generales y policías intervinientes.
Si eso no se entiende...
"No es un golpe de estado", no , es peor dijo...
Fíjese que muchxs le dicen y decimos DUEÑOS DE , ATENDIDO POR
quienes no son dueños de nada
son apropiadores
Los dueños que atienen, tratan de hacer sentir bien a quien atienden
Los apropiadores acaparan tierras, y masacran vidas y futuros
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