-Pueden opinar sobre epidemias, fútbol, seguridad, sistemas electorales, crisis sistémicas, o lo que sea siempre con la misma petulancia.
-Solo leen los títulos y apenas los encabezados.
-Si no entienden algo lo omiten la ignorancia y dan su propia explicación.
-Son ansiosos, compulsivos, verborrágicos. especialistas de todo.
-Son famosos opinólogos con doctorado de nada.
-Cuando habla otro del panel hacen muecas desaprobatorias.
-Saltan de enunciados a enunciados sin continuidad.
-Algunos del plantel permanente, otros ocasionales, inconsistentes todos.
-Algunos del plantel permanente, otros ocasionales, inconsistentes todos.
-Se prenden al debate en cualquier tema que se los convoque o no se los convoque.
-La superficialidad es la norma.
-Y algunos cobran incluso para eso.
1 comentario:
Bueno, pero estas gentecillas no son lo peor, el tema es ese público cautivao, ahora más cautivo que nunca por la cuarentena, que los toma en serio y se morfa la estúpida y amañada ignorancia de esa fauna.
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