A menos de dos semanas de las elecciones en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro sostuvo ayer Londres con no aceptar el resultado de los comicios del 2 de octubre en caso de no vencer con el 60% de los votos, en una escalada más de sus amenazas contra el Tribunal Superior Electoral. Estrategia similar a la que usó Donald Trump en EEUU con acusaciones infundadas de fraude electoral y llegó a señalar que el conjunto del sistema se encuentra bajo una “agresión y asedio coordinado”. Luego como consecuencia del clima creado vino el asalto al Capitolio cuando sus fanáticos irrumpieron en la sede del Congreso violando la seguridad y ocupando partes del edificio durante varias horas.
Denunciar fraude desde el poder, manejando oficialmente todas las riendas del proceso electoral, es una curiosidad de esta derecha violenta cuando palpita una derrota y conforma un nuevo accionar de esta internacional ideológica.
Por otra parte. el expresidente y candidato favorito en las encuestas, Luiz Inácio Lula da SIlva, reunió en San Pablo apoyos de cinco excandidatos presidenciales de elecciones pasadas y afirmó que su objetivo es sumar con la meta de ganar primera vuelta "para defender la democracia y reconstruir el país".
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