novedad en armados: la epoka

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Habían pasado 24 horas desde que Cristina de Kirchner presentara en la Casa Rosada el informe «Papel Prensa-La Verdad» cuando Amado Boudou, ministro y multicandidato, trazó la analogía que ubicó ese hecho en el calendario de los hitos ultra K.

Pero Boudou, anfitrión de la noche, jugaba una partida personal: la presentación de la peña «La Epoka», especie de «foro» kirchnerista para sostener su aventura de postulante bonaerense y acumular tropa, caciques y bendiciones, detrás de ese plan.
Pudo mostrar, en el debut, a Carlos Zannini, «teólogo» K, que se enfrascó en anuncios sobre la victoria de un Kirchner en 2011, anécdotas sobre su militancia juvenil -«empecé tirándole piedras a la Policía»-, diagnósticos y «línea» sobre la disputa con la prensa.
Nada quedó librado al azar. Desde el logo, que usa la K en «época», el primer invitado a conferenciar -del círculo áulico del matrimonio- hasta el menú peronista (empanadas y vino) y el lugar, el histórico café «La Puerto Rico», alguna vez reducto de encuentro de la JP porteña en los 70 y sede de conspiraciones de funcionarios del Ministerio de Economía.

Evolución

Incluso la nomenclatura elegida para el armado, peña, remite a otros tiempos y fue elogiada por Cristina de Kirchner, que suele recordar que sus inicios en política fueron en peñas donde, además de debate, se ejercían otros oficios menos intelectuales.
Se trata, en rigor, de la evolución a otro estadío del recorrido, silvestre, de Boudou por la provincia como candidato a gobernador. La peña «La Epoka» supone la conformación de un espacio para sostener la pretensión del ministro y engloba el armado sub-45 que Boudou (de 46 años) comparte con Diego Bossio, de la ANSES, y Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora.
La presencia de Zannini fue traducida como un respaldo del matrimonio K al marplatense que comenzó con giras sistemáticas por la provincia aunque, en algunos cajones de arena de Olivos, también figura como una posible pieza para la oferta electoral en la Capital.

Invitados

Esa dualidad territorial también se expresó anteanoche: además del club bonaerense, Boudou invitó a Roberto Feletti -a quien sentó en la mesa principal- y a Sandra Bergengeld, ex legisladora, ahora auditora, que encarna al boudouismo en la ciudad.
Entre los invitados, buena parte formada por funcionarios de la ANSES y Economía -entre ellos Hernán Lorenzino- aparecían dos caciques juveniles: José Ottavis, de la JP, y Andrés «Cuervo» Larroque, de La Cámpora. A ellos, Zannini les dedicó un comentario sobre la «mística» de la juventud K.
«No suelo dar charlas, no salgo mucho -contó- pero me gustó la idea de estar acá con ustedes...». Boudou celebró ese comentario porque pudo mostrar al secretario de Legal y Técnica que salvo algún rodeo con Compromiso K, allá por 2005, prefiere el perfil bajo.
Estaban, también, Juan Manuel Abal Medina -casi un edecán de Kirchner- y Juan Zabaleta, el armador de Boudou en la provincia.

Amado Boudou y Carlos Zannini sonríen durante la cena de la peña «La Epoka», Diego Bossio y Martín Insaurralde, los otros animadores de ese armado