Ambito sostiene que detectó la intimidad de la llamada.
Cameron llamó desde Londres al presidente chileno y le interrumpió sus vacaciones en el fundo de Bahía Coique en el lago Ranco, en el sur de Chile, con el argumento de acordar una reunión de sus funcionarios en algunas de las preparatorias para la cumbre del G-20 en México.
Pero el mandatario chileno, según lo transmitió a sus allegados, percibió pronto que el motivo de la llamada era otro, saber las razones de las últimas declaraciones de apoyo del Gobierno de Santiago a los reclamos de la Argentina.
Es la posición histórica de mi país, respondió Piñera, quien agregó que no piensa cambiarla.
No lo entiendo, fue la respuesta de Londres. Nosotros, explicó, defendemos la autodeterminación de los isleños.
Piñera, ya enredado en un pleito ajeno, se remitió a las últimas novedades. ¿Por qué no negocian, ahora que el presidente de la Asamblea de la ONU ha ofrecido una mediación?
Respuesta: lo estamos estudiando, no hemos respondido todavía a eso. Como advirtió que la posición del chileno no la iba a cambiar con un telefonazo, Cameron agregó que no entendía bien de qué se trataba y volvió al tema del G-20 con preguntas sobre quiénes son los ministros que irán a las preparatoria de esa cumbre presidencial.
El Gobierno argentino, informado oficialmente de este diálogo, respondió confirmando que el 15 y el 16 de marzo Cristina de Kirchner estará en Santiago de Chile.