Mostrando las entradas con la etiqueta ciber gorilas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ciber gorilas. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de octubre de 2012

la nación confiesa quiénes son los del 8N pero faltan algunos

Niegan influencia política y luego lo afirman. Y no parece tan espontáneo como decían.
Lo sintetizan así:
Hay unos 45 grupos de Facebook que participan de la organización de los cacerolazos. Entre ellos, El Cipayo, El Anti K, Yo no voté a la Kretina y Ud? y ONG Salvemos a la Argentina.
Aunque evitan identificarse como "organizadores", lo cierto es que detrás de los cacerolazos existe una organización. Gente que se conoce, que se reúne periódicamente, que está siempre en contacto y que ya tiene sus propias disputas y celos. Algunos hablan abiertamente, pero la mayoría sólo acepta comunicarse desde el teclado. Sí o no a la exposición pública es uno de los motivos de pelea.
En los últimos cuatro meses fijaron consignas que se juraron respetar a rajatabla; la primera, que las protestas deben ser apartidarias. Eso incluye que ningún partido va a capitalizar -en lo que de ellos dependa- las movilizaciones ni decidir qué harán, pese a que varios administradores admiten haberse reunido con opositores como Elisa Carrió y Patricia Bullrich, y haber escuchado sus consejos. Algunas veces los siguieron y otras no, cuentan, como cuando Bullrich les recomendó como fecha concentrarse en el 10 de diciembre.
El promotor de los encuentros fue Lucho Bugallo, de 31 años, oriundo de Ascensión, un pueblo rural bonaerense. Es un lazo clave de los caceroleros con dirigentes de la oposición. En Ascensión, estaba en Federación Agraria y cuando se instaló en Buenos Aires se sumó al ateneo de la Sociedad Rural. Hizo un curso en la fundación Fragua, que presidía Max Gulmanelli, actual funcionario del gobierno porteño, e integra Soy Fiscal, organización dedicada a capacitar a fiscales electorales, de la que participa el rabino Sergio Bergman. Bugallo creó Red de Encuentro Ciudadano (REC), con gente de partidos como Unión por Todos y la Coalición Cívica. Todos los martes hacen charlas en la Legislatura porteña.
La Nación no los nombra. Pero también están detrás de ellos la insfraestructura del propio diario y la  cadena de Clarín, los núcleos de las relaciones de los 300 procesados por crímenes de lesa humanidad y sectores de la economía concentrada.
Por ahí pueden estar casi todos.