Como en años anteriores, cuando la mayoría de los medios publican los pronósticos 2011 sin revisar los del año que termina, Roberto Navarro en Cash, suplemento de Página realizó un trabajo de archivo para informar qué dijeron economistas mediáticos hace un año sobre la performance de la economía en 2010.
La mayoría de los economistas que pronosticaron un pobre 2010 son de cuño neoliberal, aunque en los últimos años se han sumado a ese festival de pronósticos errados economistas que se denominan de centroizquierda. En sus opiniones marcaron claramente que los 2 o 3 puntos que iba a crecer la economía vendrían de la mano del viento de cola internacional. Por ideología, sólo cuentan en sus estimaciones con la fuerza del mercado, sin mensurar lo que pueden sumar las políticas públicas. Buena parte del crecimiento que no vieron se debió a un marco macroeconómico sólido y estable, a un fuerte incremento de la inversión pública, a una política industrial que estimula la inversión y al apoyo de la banca pública a la producción, entre otras medidas.
Recordemos algunos casos:
Miguel Angel Broda (La economía crecerá un 3,5 por ciento en 2010, gracias al viento de cola).
Carlos Melconian, uno de los consultores que más transitan los medios de comunicación. (a la hora de mirar el mediano plazo, "soy pesimista. El modelo está agotado”)
José Luis Bour, director de FIEL. (Esto se cae. Terminaremos creciendo un 5 por ciento, con suerte”)
Orlando Ferreres. (“no hay forma de crecer más del 3 por ciento, porque tendremos cuellos de botella energéticos”)
Carlos Rodríguez, del Cema, a Ambito Financiero. (No vamos a una crisis, vamos a un parate de la actividad hasta que cambiemos por otro gobierno)
Mario Brodersohn. (una desocupación del 11 por ciento y déficit fiscal del 1 por ciento)
El ex viceministro de Economía de Eduardo Duhalde, Jorge Todesca. (auguró un crecimiento del 2 por ciento para todo el 2010).
Rodrigo Alvarez, de Ecolatina, la consultora fundada por Roberto Lavagna. (La Economía ya no volverá a crecer más del 3 o 4 por ciento anual y el déficit fiscal será un problema serio).
Mientras en los noventa cerraban decenas de miles de fábricas y se perdían millones de puestos de trabajo, los economistas neoliberales no tenían otra salida para apoyar el modelo que seguir la frase creada por Carlos Menem: “Estamos mal, pero vamos bien”. En los últimos siete años, ante la contundencia de los resultados obtenidos con un modelo antagónico al que promueven, no tuvieron mejor idea que dar vuelta la frase: “Estamos bien, pero vamos mal”.