La nota completa en lapolíticaonline:
“Patricia Bullrich fue la principal reclutadora de exiliados en España para la contraofensiva montonera del 79, junto a su cuñado y actual diputado k en Santa Fe Gerardo Rico, pero a la hora de subirse al avión, ella salió huyendo”, afirma indignado desde Suiza, el periodista y ex militante revolucionario Juan Gasparini.
A punto de reeditar una versión ampliada de su libro “Graiver, el banquero de los Montoneros”, Gasparini accedió a dialogar con La Política Online, furioso porque en una nota de Carlos Pagni en la Nación, la diputada Patricia Bullrich lo acusó de ser el famoso “Dr. Paz” que amenazó de muerte a Lidia Papaleo –ex mujer de David Graiver- sino le devolvían a Montoneros los 17 millones que le confiaron del secuestro a los hermanos Born.
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sábado, 4 de septiembre de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
quiénes son los misteriosos doctores paz y peñalosa en la causa de papel prensa
El periodista Juan Gasparini, autor de una biografía sobre el banquero David Graiver, explica quiénes fueron estos personajes, nombrados en la operación de venta de la empresa papelera. Y añade "lo que no figura en autos no existe, dice el proverbio judicial".
"Me referí a los supuestos doctores Paz y Peñalosa en mi libro "David Graiver. El banquero de los Montoneros", en páginas 273, 275 y 276, libro que será reeditado en los próximos días con nuevas revelaciones", dice Juan Gasparini y agrega: "La fantasmal aparición de esos singulares letrados se produjo en el sumario de la justicia militar de la extinta dictadura castrense 1976-1983 que condenó a Lidia Papaleo e Isidoro Graiver a 15 años de cárcel por presuntos vínculos con los Montoneros, junto a otras sentencias de menor alcance para algunos de sus familiares y allegados".
Sobre los doctores Paz y Peñalosa, Gasparini señala: "fueron lastrados en ese desenlace judicial, que estableció los correspondientes certificados de defunción para ambos. Habían existido gracias a la imaginación genocida de las Fuerzas Armadas, y en virtud de confesiones probablemente arrancadas bajo tortura. Las siluetas descriptas en mi libro se han disuelto en una situación equivalente a la prescripción, es decir el olvido penal. Hoy no figuran en autos, no existen".
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