Quién sino ellos soportaron tanto peso. Aguantaron el hiperactivo ritmo. Resistieron el infierno inicial. Preparados para el necesario puntapié. Prudentes en la rara pausa. Predispuestos al salto hacia la gente.
Detrás de esos mocasines los argentinos comenzaron una gloriosa marcha de justicia, independencia y soberanía.