El jefe de la representación comercial rusa en Buenos Aires, Sergey Derkach, ratificó ante BAE Negocios el interés de la potencia euroasiática en invertir en Argentina. “Tenemos interés en entrar en Los Chihuidos (complejo hidroeléctrico justo encima de la roca Vaca Muerta, en el corazón de Neuquén), pero también nos interesa Atucha III y estamos en condiciones de proveer tecnología para que Argentina vuelva a fabricar sus propios vagones de tren”, enumeró el diplomático. Además de Inter Rao –una de las mayores empresas de ese país, con 30 mil megavatios de potencia instalada- otra de las que mira hacia el Sur es Ural Vagon Savod, que busca asociarse con compañías locales.
Vladimir Putin quiere hacer pie en América del Sur para no volver a perder la carrera contra China por el control de los recursos naturales y la energía como ya le pasó en África. Cuenta con miles de millones de euros que fluyen a sus arcas a cambio del gas que mantiene caliente al Viejo Continente. Y a diferencia de los préstamos europeos o estadounidenses para inversiones, los suyos –como los chinos– no están trabados por el default con el Club de París.