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Resulta que la periodista sueca Anna Ardin fue una de las dos mujeres que denunció a Assange por abuso sexual, tras haber tenido relaciones consentidas con él.
Resulta que es una admiradora del modelo kirchnerista a partir de su paso por la Argentina en mayo del 2005, cuando prestó funciones en la embajada de su país en Buenos Aires, tal cual lo afirma en su blog http://annaardin.wordpress.com/, en el que dedica un post a la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. “Kirchner ha muerto. ¡Viva Kirchner!”, un día después del fallecimiento del político.
Resulta que el nombre de Anna Ardin también está vinculado a Cuba, donde la sueca es considerada una “colaboradora cubana de la CIA, vinculada con el terrorista Carlos Alberto Montaner”, según publicó el diario Granma.
Resulta que parece que la trama judicial que podría encarcelar a Assange incluye dos historias de amor fugaz, un preservativo roto, una militante feminista despechada y otra joven veinteañera con miedo de haber quedado embarazada.
Resulta que esto está por demás cada vez más confuso y con operaciones cruzadas, mezcla rara de CIA y Hollywood.