Recurrió a un ejemplo personal para justificar su postura. Durante una charla con comerciantes de Villa La Angostura, Neuquén, recordó que tuvo que despedir a sus dos empleadas de servicio doméstico: “Yo tuve un mes y diez días a una empleada doméstica en blanco, y le tuve que pagar una fortuna por un mes y diez días. Y a una que estuvo seis o siete años, bueno… la verdad es que no se puede afrontar ese tipo de pagos”, afirmó.
Los rasgos de clase se notan. Van por todo.
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