El episodio que sorprendió a propios a ajenos, a independentistas y realistas, ocurrió en Cádiz, donde el empresario Wenceslao Bunge Saravia pretendió homenajear al Padre de la Patria con la consigna que exclamaba el invasor en cada batalla.
José de San Martín libró una lucha sin cuartel por la Independencia de América, combatiendo las diferentes oleadas militares que el rey Fernando VII, el último y el primero de los Borbón antes y luego de la invasión napoleónica de España, envió a esta parte del continente para sofocar la rebelión.Pertenecía a la misma dinastía que hoy sigue gobernando el territorio español, con Felipe VI al frente la casa real que desde finales del siglo XVIII y hasta bien entrado el XIX era odiada por todo americano que se precie, considerando los aberrantes crímenes cometidos contra los nativos criollos que terminaron acabando militar y políticamente con la dependencia, a costa de miles de vidas.
Hablemos de dependencia cultural, de colonialismo ideológico. Y todo es así en este mundo libertario que no va a ser para siempre.