domingo, 19 de junio de 2022

La oposición va por el caos Cavallo/Lacunza

                                 
Lectura de domingo:
No por ser habitual debe ser ignorada la intervención de desestabilización de economistas del macrismo. En el tramo final de la negociación con el FMI, el diputado Luciano Laspina estuvo en Washington desalentando la posibilidad del acuerdo. La más reciente tuvo como protagonista a Hernán Lacunza, el último ministro de Economía de Mauricio Macri, cuya consultora de la city, Empiria, encendió alertas en el mundo financiero acerca de la sustentabilidad de la deuda en pesos.
La colocación de esos títulos es hoy la vía de financiamiento fundamental de las cuentas públicas. El intento de cerrar esa fuente de recursos, en una situación financiera sin acceso al crédito en dólares en el mercado de capitales luego del virtual default de esa deuda durante la administración de la alianza macrista-radical, tiene como objetivo provocar un descalabro global del gobierno del Frente de Todos.
El derrumbe de las cotizaciones de los bonos de deuda en pesos indexados por inflación (CER) y posterior alza de los dólares financieros (contado con liquidación y MEP) fue una corrida gatillada con ese objetivo inconfesable.
Con demoras de algunos días, pero más vale tarde que nunca, el Banco Central y el Ministerio de Economía reaccionaron y pudieron frenarla, aunque la amenaza seguirá latente en éste y el próximo año. En lo inmediato, para desarticular la corrida se requiere una imprescindible coordinación en el equipo económico y darle un golpe contundente en la próxima licitación de bonos en pesos del Tesoro, al tiempo de disponer medidas de fiscalización eficaces sobre importaciones para aumentar reservas.
La relevancia de esta intervención de Lacunza a través de la consultora Empiria se encuentra en que es coordinador del equipo económico del candidato a presidente Horacio Rodríguez Larreta.
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Golpe de mercado

El gobierno del Frente de Todos enfrenta un escenario político y económico complejo que no es desconocido. Tiene el desafío de desarticular la estrategia de la derecha denominada "caos Cavallo", que está siendo desplegada por la oposición política y un núcleo del poder económico.
Esta táctica desestabilizadora consiste en promover una gran crisis económica y política para que, ante el agobio social por el descalabro, poder avanzar en reformas en materia laboral, previsional y social que en una situación normal serían inaceptables. Son iniciativas regresivas que sólo serían aprobadas en un contexto de inestabilidad económica general y desorden político.
La derecha política y económica aspira a repetir el cuadro caótico de fines de los '80 y comienzos de los '90, cuando las hiperinflaciones de Alfonsín y de Menem fueron potentes disciplinadores sociales para avanzar en unas de las grandes transformaciones del funcionamiento de la economía local: privatización, desregulación, apertura importadora y del sector externo, precarización laboral y reducción de derechos previsionales. El vehículo para desplegar esta política económica fue la convertibilidad, régimen cambiario de tipo de cambio fijo que inicialmente alivió la angustia colectiva de una tasa de inflación descontrolada pero a un inmenso costo socioeconómico, que tuvo el final con el estallido de 2001.
Dejar correr y alentar el caos para luego arremeter con esas reformas tuvo a Cavallo como principal ideólogo. Viajó a Washington para que el Banco Mundial y el FMI cortaran el flujo de financiamiento externo al acorralado gobierno de Raúl Alfonsín, lo que derivó en un estrangulamiento financiero con posterior fuerte devaluación al debilitarse el stock de reservas, preludio de la híper de 1989 (la tasa de inflación anual fue de 3079 por ciento).
Después fue el promotor del Plan Bonex, en diciembre de 1989, que confiscó plazos fijos, antesala de la híper de 1990 durante el gobierno de Carlos Menem (la tasa de inflación anual fue de 2314 por ciento).
Ahora, el ultraderechista Javier Milei lo idolatra y recibe sus consejos y el derechista Mauricio Macri pretende para su segundo tiempo generar condiciones similares a las que tuvo Cavallo a comienzos de los '90.
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