Las recientes vacaciones de invierno en Argentina han dejado un trágico saldo que no puede ser ignorado. En un lapso de tres días, once vidas se extinguieron en tres accidentes viales fatales, desplegando una serie de preguntas inquietantes sobre la seguridad en las rutas nacionales del país. Las tragedias registradas en Santa Fe, Río Negro y Santa Cruz no son meros incidentes aislados; son un reflejo alarmante de un sistema que parece fallar a la hora de garantizar la integridad de sus ciudadanos en las vías.
No es casualidad trágica. El responsable es un estado que abandona responsabilidades elementales.
¿Quién se hace cargo?. ¿El mercado?.
1 comentario:
viejo mogólico
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