Peor aún, Ghana figura tercero en la lista de paraísos fiscales ultra secretos para realizar transacciones ilegales, según el ranking confeccionado por la coalición de investigadores y activistas The Tax Justice Network Africa. Ese paraíso es también de hechura británica.
Según el diario londinense “The Guardian”, el banco Barclays trabajó desde 2005 en estrecha relación con el gobierno de Accra para establecer un centro internacional de servicios financieros que ofreciera “bajos impuestos y mínima transparencia”. Al año siguiente, Barclays se instaló también en la Argentina, donde asesoró a la provincia de Buenos Aires para la colocación de deuda y, en 2010, lideró el grupo de bancos que operó el segundo canje de títulos argentinos en default.
Las leyes de Ghana fueron modificadas para permitir que Barclays operara como banco offshore. Organizaciones internacionales de ayuda al desarrollo citadas por el diario expresaron temor de que “los barones de la cocaína, que cada vez más utilizan el Africa occidental como ruta de tránsito hacia Europa, puedan lavar en Ghana el dinero de la droga”.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió a Ghana que su emergencia como nuevo paraíso fiscal podría estimular la corrupción y la criminalidad en toda la región.
Como consecuencia de estas preocupaciones, el año pasado el gobierno canceló la autorización concedida a Barclays. Y hace dos meses, Barclays cerró su oficina en Buenos Aires.