En el Microcentro de Buenos Aires, el corazón financiero del país ubicado a unos pasos de la Plaza de Mayo, Cristina Fernández de Kirchner se erige con sombrero de copa, gesto de victoria y sonrisa desafiante.
Una pintura poco habitual en una ciudad donde la presidenta de Argentina nunca fue demasiado popular, y en un barrio -la sede del poder económico- donde se multiplican sus adversarios.
Este mural resiste como resiste la retratada.
Pasan los años, se multiplican las crisis, nacen y mueren políticamente sus rivales, pero Cristina Fernández de Kirchner, CFK o simplemente "Cristina", resiste.
"La presidenta tiene hoy en día una imagen positiva del 50%", le dice a BBC Mundo Juan Manuel Germano, director de la firma Isonomía Consultores. "Esta es la transición con mayor nivel de apoyo desde la vuelta de la Democracia en 1983", asegura.
-Es la misma presidenta que tuvo a su primer vicepresidente, el radical Julio Cobos, votando en su contra y sin intención de renunciar. La que tiene a su actual número dos, Amado Boudou, imputado por corrupción y con la popularidad por el piso.
-La que vive enfrentada con el mayor grupo mediático del país –el multimediosClarín-, y quien arremete en Cadena Nacional contra sectores del Poder Judicial.
-La que perdió repentinamente a su esposo y principal aliado político en 2010 y la que sufrió varios problemas de salud, incluyendo una operación en su cráneo en 2013.
-La mandataria del país envuelto en una disputa multimillonaria con un grupo de poderosos acreedores (los holdouts o fondos buitre), que dejó en default técnico a la nación y aislada de los mercados financieros internacionales.
-Y la mujer a la que el fiscal Alberto Nisman, muerto en extrañas circunstanciasen enero de este año, había acusado de encubrir a los responsables del mayor atentado terrorista de la historia de Argentina.
No lo pueden entender. Completo por acá.