Hace una década el liberalismo argentino los exponía como modelo de país moderno, ejemplo de lo que deberíamos emprender si pretendíamos pertenecer a las naciones integradas al mundo.
Hoy los españoles se volcaron a la calle en más de 50 ciudades de España, con Madrid y Barcelona a la cabeza, para protestar contra la reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoy, que abarata y facilita el despido en un país en plena recesión y con 5 millones de desocupados. Bajo el lema "No a la reforma laboral injusta con los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para el empleo", más de medio millón de personas se reunieron en el acto central de Madrid, según cifras de los dos grandes sindicatos españoles, Comisiones Obreras (CC.OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT).