sábado, 13 de diciembre de 2008
le amargaron un brindis a chupete
La medida anunciada por la Presidenta lo agarró en medio de un brindis a De la Rúa
Un grupo de ex funcionarios que se mantienen leales al ex presidente le ofreció ayer un agasajo en un restaurant. Periodistas que se concentraron en la puerta le preguntaron qué opinaba sobre la eliminación de la "tablita de Machinea" y el ex mandatario respondió de mala gana que no haría declaraciones.
Se fue tan silencioso e irritado como había llegado, a bordo de una camioneta de doble cabina.
En el restaurant Lalín, tradicional búnker radical, Fernando De la Rúa levantó la copa, pero no dijo una palabra. Quienes lo acompañaban tampoco se animaron. Estaban Rafael Pascual, Juan Pablo Baylac, el legislador porteño Marcelo Meis, y Norberto Larrosa, entre otros.
La convocatoria tuvo lugar justo el día en que se reinstaló en las marquesinas la famosa tablita de Machinea, primera medida de fondo que De la Rúa tomó en su gestión y que le costó un gradual proceso de divorcio con su base electoral de clase media.
Los periodistas que se concentraron en la puerta le preguntaron qué opinaba sobre la derogación anunciada por la Presidenta y el ex presidente respondió de mala gana que no haría declaraciones. "Hasta que tenga libertad", agregó afuera, según publicó hoy el diario Clarín.
"Está absorbido por el acoso judicial", lo justificó uno de los dirigentes que lo acompaña desde sus inicios políticos junto a Ricardo Balbín.
De la Rúa ocupa buena parte de su tiempo en redactar presentaciones judiciales con ayuda de sus dos abogados, Jorge Kirszenbaum y Miguel Almeyra, quienes lo escoltaron en la mesa principal.
El ex presidente carga con dos procesamientos, en estado de apelación, por las coimas en el Senado y por la sospecha de utilizar a un empleado municipal como jardinero de su quinta de Pilar, donde vive recluido desde que dejó el Gobierno.