sábado, 13 de diciembre de 2008

la crisis no viene sola: la corrupción condiciona a obama


La "capital de la corrupción" afecta a Obama


El gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, está acusado de vender la banca que dejó vacante el mandatario electo en el Senado. Por eso, Barack Obama debió responder esta semana a los periodistas sobre su vinculación con el funcionario.

por Alberto Galeano


No es la economía, sino la corrupción, parecen decirle algunos estadounidenses al presidente electo Barack Obama, salpicado por el escándalo que involucra al gobernador de Illinois, Rod Blagojevich.

Más preocupado por el derrumbe de la industria automotriz que por el caso Blagojevich, a quien se acusa de vender la banca que dejó vacante el mandatario electo en el Senado, Obama debió responder esta semana a los periodistas sobre su vinculación con dicho funcionario.

El caso no sólo afecta a Blagojevich, quien en 2002 prometió el fin de los "negociados", sino también a otras cinco personas, entre ellas el congresista Jesse Jackson, de 43 años, hijo del reverendo del mismo nombre, conocido por su lucha a favor de los derechos civiles de los negros.

El hijo del reverendo, quien aparece como "candidato número 5" en las escuchas telefónicas, ofreció hasta un millón de dólares por la banca que deja Obama, según informes de la prensa estadounidense.

"Nosotros somos la capital de la corrupción de Estados Unidos", dice Dick Simpson, un cientista político de la Universidad de Illinois en Chicago, citado por el influyente diario The Cristian Science Monitor.

"Nosotros tenemos más corrupción que New Jersey y Louisiana que son nuestros competidores", agregó Simpson.

Blagojevich, quien si es encontrado culpable deberá enfrentar una condena de 30 años de cárcel por estafa y soborno, se negó a renunciar a su cargo como se lo pidió Obama, en tanto el fiscal, Patrick Fitzgerald, insistió en que el presidente electo no tenía conocimiento de las maniobras del gobernador de Illinois.

Más allá que se desvinculó del caso, Obama no tuvo una buena semana, ya que el Senado con apoyo de los republicanos rechazó un plan de salvataje para la industria automotriz, cuya quiebra podría provocar tres millones de desempleados.

Sin embargo, el presidente saliente George W. Bush anunció que buscará impedir el derrumbe de la General Motors, Ford y Chrysler.

Aunque la debacle de la industria automotriz es uno de los graves problemas que afronta Obama, la prensa sigue ocupándose del caso del gobernador Blagojevich, cuyo predecesor, el republicano George Ryan, fue condenado por un caso de corrupción.

"En un tiempo más largo, el presidente electo tendrá que hablar más acerca del gobernador de Illinois que de las iniciativas para salvar la industria automotriz o modernizar el sistema de salud", señaló Eugene Robinson, en un comentario publicado en el diario The Washington Post.

El analista, sin embargo, advirtió que el escándalo no daña la credibilidad de Obama, aunque puede ser tomado como una "lección para el futuro".

No sólo Blagojevich, hijo de un trabajador griego del acero, se negó a acatar el pedido del mandatario de renunciar a su cargo, sino que el primer presidente negro de Estados Unidos fue criticado en varios periódicos por dejar pasar varias horas antes de realizar algún comentario sobre el caso.

Blagojevich no es un desconocido para Obama, ya que el mandatario electo participó en el equipo de campaña que llevó al polémico gobernador a ganar las elecciones en 2002 y, posteriormente, en 2006, cuando el político demócrata obtuvo la reelección.

Incluso a principios de diciembre, el jefe de campaña de Obama, David Axelrod, dijo por televisión que el presidente electo y Blagojevich mantenían conversaciones para saber quién sería el sustituto del mandatario electo en el Senado.

A pesar de los contratiempos, hay un hecho que fue elogiado en la difícil semana de Obama: la designación de Steven Chu, Premio Nobel de Física y promotor de las energías alternativas, como nuevo secretario de Energía.

Obama también nombró a Tom Daschle, de 61 años, como nuevo secretario de Sanidad para tratar de reformar el sistema de Salud, debido a que 45 millones de personas carecen de cobertura médica, lo que constituye el 15% de la población del país.

"Alguien puede preguntarse cómo en este momento de crisis económica podemos permitirnos invertir en la reforma del sistema sanitario. Pero yo pregunto: ¿Cómo podemos no permitírnoslo?", dijo Obama.

Daschle tendrá que reformar el costoso sistema de salud estadounidense, un sueño que la ex primera dama y ahora secretaria de Estado, Hillary Clinton, no puedo cumplir cuando el ex presidente Bill Clinton gobernaba Estados Unidos.