Que a Mirtha le cuesta disimular su antiperonismo es algo evidente. Pero en el último almuerzo se la veía como pez en el agua.
Fué evidente como alentaba los gestos de seducción de Lilita Carrió y su nuevo socio el radical Gerardo Moralese al Alfredo De Angelis: "Está hecho un galán", lo piropeó la líder de la Coalición Cívica, quién dejó entrever que no quiere saber nada de candidaturas políticas, al parecer por algún debate interno que vive la Federación Agraria.
Ahí Carrió desenvainó con cara de prócer una de sus frases para la historia: "Podés salvar a la mitad de la Federación Agraria o salvar a la mitad de la Nación", le planteó. Y tras un guiño de ojo le dejó un gesto con sabor a invitación: "Dejate llevar? dejá que la vida te lleve", lo tentó sensualmente. El entrerriano un poco sonrojado, sonrió y le dejó una promesa a la dueña de casa: "Lo voy a pensar".
El programa del último viernes casi no tuvo cortes publicitarios en el canal que Francisco De Narvaes es uno de sus dueños. De hecho, el primer bloque duró 75 minutos corridos que los invitados aprovecharon para hablar mucho de política y apenas probar esa entrada de langostinos empanados con coco con gazpacho de melón y disfrutar algo más del lomo de ternera con mil hojas de papas en salsa de syrah que preparó el chef Augusto César. Carrió celebró la pausa y corrió por un cigarrillo.
Fue una mesa -compartida con el cantante Axel y María de Luján Telpuk, la ex policía aeronáutica devenida vedette- en la que abundaron las críticas al oficialismo. Y en la que Morales y Carrió confirmaron que caminan la costa en una suerte de campaña conjunta.
De Angeli se puso en un momento por "arriba" y les reclamó como parte de la oposición un gesto de grandeza: "Tienen que hacer un frente común y dejar atrás las piedras en el camino".
Pero Carrió dejó dos puntos en claro. "No hay que olvidarse de que Buzzi apoyó a los Kirchner", dijo sobre el titular de la FAA. Y aclaró que no está dispuesta a sumar figuras a cualquier precio. Recordó, por ejemplo, que su límite con Pro es Mauricio Macri. "No vamos a hacer un rejuntado", aclaró.
En ese almuerzo fue cuando el titular de la Federación Agraria de Entre Ríos, comparó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con la última dictadura militar. Nadie en esa mesa se dignó a aclararle las "pequeñas" diferencias que hay entre un estado de derecho y un gobierno militar como el iniciado en 1976 con la destrucción física de argentinos, del aparato productivo y de la estructura solidaria.
Ya en la playa a la Carrió y a Morales no les gustó nada que el enterriano fuera el más aplaudido cuando saludaron al público.
Pero a quién se le veía felíz, radiante, era a la conductora que había conseguido armar una mesa bien a gusto.
A gusto de los gorilas, claro.
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