Se podrá aguantar no ser de River. Y es posible que pocos conozcan a Paco, nuestro Gerlo, que con una sola pierna por un desgarro terminó ayer en el Monumental hasta el minuto final, porque su equipo no le quedaban cambio reglamentarios.
No es de las caras más conocidas ni tampoco suena como posible nombre de transferencias de muchos dolares. No, al contrario.
No será dúctil con la pelota, cuando juega a lo mejor su nivel no es el esperado, pero nadie puede decir que el defensor no se entrega al 100 por ciento cada vez que le toca entrar en acción. Y esta tarde ante Arsenal dio una muestra más de ello.
Reemplazó a Matías Abelairas antes de que inicie el segundo tiempo y tuvo la mala suerte de desgarrarse cuando a River no le quedaban cambios. Lejos de borrarse, Gerlo se quedó y ayudó al equipo como pudo.
Parado como delantero, hasta tuvo situaciones para quedar cara a cara con Campestrini, pero el juez de línea de aquél sector le invalidó ambas jugadas por posición adelantada. Gerlo sufrió un desgarro en la pierna izquierda y será baja para los próximos partidos.
Se fue emocionado. Ayer se llevó el voluntarioso de Paco Gerlo la primera ovación de su hinchada, un reconocimiento merecido. Se fue llorando de la cancha, no se si de dolor, de emoción o de bronca.
A mi me gusta cuando los compañeros del peronismo, sean de Boca, River o Deportivo Cambaceres, también dejan todo por la camiseta. Léase: la ideología, las convicciones, el pueblo trabajador.
Así entonces Catamarca será un triunfo. Hacia octubre, aunque tengamos un desagarro doloroso en la rodilla o en el alma.
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