domingo, 18 de septiembre de 2011

liderazgo

Leemos:
Acontramano de los que aún sostienen que el país está aislado del mundo, por primera vez una mandataria argentina abrirá una Asamblea General de las Naciones Unidas. Ocurrirá el próximo miércoles en Nueva York, cuando Cristina Fernández tome la palabra en la 66º asamblea de dicho organismo, en su carácter de presidenta del G-77 más China. Tal como sucedió en el encuentro que mantuvo el martes pasado con su par francés, Nicolas Sarkozy en los jardines del Palacio del Elíseo, la Presidenta basará su discurso en la necedad de combatir el capital especulativo, volcar recursos a la economía real y luchar contra el lavado de dinero como mecanismos para sortear la crisis que sufren los países centrales.

Mientras éstos no logran encontrarle una salida a la debacle que sufren sus economías, Cristina Fernández antepondrá las políticas llevadas a cabo por su gobierno y el de sus pares de la región suramericana, quienes pueden demostrar un crecimiento sostenido, justamente por no recurrir a medidas de ajuste como las que impone la Unión Europa a Grecia o la derecha estadounidense al presidente Barack Obama. (Miradas Al Sur)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ruben, Ruben: tentá hablar de cosas serias ! Leete entero, el articulo "Trampas que crean habito", independientemente de quien escribe y donde ! Ya te dije, que LA VERDAD, queriendo verla, hasta en las nubes, podes leerla ! ""En la Argentina, se repite desde hace siete años la misma trampa presupuestaria: subestimar la inflación y, por consiguiente, la suba de ingresos tributarios, para generar una enorme masa de recursos excedentes que el Gobierno luego distribuye "a dedo", a través de decretos de necesidad y urgencia o de "superpoderes", sin pasar por el Congreso. Este manejo discrecional de la "caja grande" le ha aportado al kirchnerismo un formidable poder político para sumar aliados o presionar a quienes se resisten a serlo. Pero la cantidad de ceros de las cifras en juego (unos $ 60.000 millones sólo en 2010) lo expone a que cualquier cortocircuito en el reparto de fondos o subsidios desemboque en un escándalo, sobre todo cuando el sistema favorece la corrupción para usos personales o proselitistas, según los casos. Esto vale tanto para los planes de vivienda de la disuelta sociedad Bonafini-Schoklender, cuanto para los subsidios al transporte que manejaba Ricardo Jaime; la tercerización de contratos de la Unión Ferroviaria de José Pedraza o las compensaciones a las obras sociales de José Zanola o Hugo Moyano y sus intermediarios, por citar los más notorios.""
Ruben,Ruben ! Sos vos, entre tantos, los que pagan ! Y seguis perdiendo el tiempo, hablando de irrelevancias, o de cosas que en NADA ayudan el Pais ! A no ser, en caer mas, en esa trampa !
No la sentis ?

! ! ! dijo...

Anónimo, no se toque tanto cuando mira Bailando por un sueño que mire como queda...