Pablo Ibáñez cuenta que voluntarioso, Daniel Scioli diagnosticó anteanoche frente a 50 dirigentes peronistas que la crisis con Cristina, que lo arrastró a cuotificar el aguinaldo y a diseñar un ajuste de urgencia, quedó atrás. La peor parte, al menos.
En paralelo, pidió «mesura» y «cautela» para los próximos meses. No lo mencionó pero el mensaje era preciso: no hacer movimientos que puedan irritar a la Casa Rosada y pulvericen la tregua que rige entre Olivos y La Plata.
Justificó esa cautela sobre la base de un pronóstico: Scioli considera que 2013 será un año «duro» en lo electoral por lo cual, señaló, hay que tener un alineamiento explícito «con la Presidente.
Ese grupo soportó, por ese comportamiento silvestre, desplantes y frialdad de funcionarios sciolistas. Ayer, en el BAPRO, Baldomero «Cacho» Alvarez deslizó el reproche: «Algunos le atienden el teléfono a legisladores que critican al gobernador y no a los que lo defendemos».
Ningún ministro atajó el misil pero hay que leer en clave la perdigonada verbal del senador. En el entorno de Scioli hay un sector que advierte que el despliegue y la expansión de La Juan Domingo no siempre resulta funcional a los intereses del gobernador.
Inédita, la cumbre -también la puntualidad: convocada a las 19, empezó a las 19.10 y se estiró hasta las 21.30 tras una vuelta de pizzas y empanadas- explicitó la voluntad del gobernador de uniformar el comportamiento del sciolismo más allá de los matices.
Una tarea ardua: en esa isla conviven laderos históricos de Scioli con La Juan Domingo y figuras que reportan, en simultáneo, a La Plata y la Casa Rosada.
2 comentarios:
que lastima lo de jordana, che. va a tener que hacer el casorio en esa republiqueta de mierda que gobierna la patrona del papi. que injusta que es la vida.
Scioli no tiene más remedio que encuadrarse. Además es lo mismo que hizo siempre.
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