Todo comenzó con una emisión del programa
ADN, en la señal de la
Universidad de Córdoba. Allí el informante
“arrepentido” Juan “El Francés” Viarnes reveló las vinculaciones de los policías con los narcotraficantes. Como consecuencia de esto, el fiscal
Enrique Senestrari ordenó detener a
cinco policías, entre los que estaba el entonces jefe del área antidrogas,
Rafael Sosa, que es el mismo policía que tuvo a su cargo la investigación del asesinato de
Nora Dalmasso y arrestó a un joven, al que se consideró un “perejil”.
Senestrari imputó a otros tres policías, entre los que está el predecesor de
Sosa, el comisario mayor retirado
Mario Nieto.
Los oficiales son investigados por irregularidades en las causas de narcotráfico desde 2010, cuando empezaron a usar a Viarnes como informante.
Las repercusiones de este proceso
recién están empezando, porque en el mediano plazo podrían hacer caer numerosos procesamientos y hasta condenas.
Sosa, además, está siendo investigado junto a otros policías por su presunta participación en el secuestro de uno de los dueños del boliche
Palmira del Cerro de las Rosas.
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