El 10 de marzo comenzó un paro por tiempo indeterminado de los docentes contra la Ley Federal de Educación, sus medidas de ajuste y desmantelamiento de la escuela pública y por recortes salariales.
El 12 de abril se desató la terrible represión en Plaza Huincul y Cutral-Có. Cuatrocientos gendarmes se movilizaron desde la capital provincial, con gases lacrimógenos, carros hidrantes y disparos de plomo y goma. La gente salió a la calle a solidarizarse. Ese día, Teresa Rodríguez, una joven empleada doméstica de 24 años, cruzó la manifestación y murió por una bala policial.
La imágenes del post están tomada hoy en el lugar dónde sucedió el hecho, tal vez algo descuidadas. A metros del puente que lleva su nombre y a una cuadra de la ruta 22, epicentro de los primeras movidas piqueteras.
La imágenes del post están tomada hoy en el lugar dónde sucedió el hecho, tal vez algo descuidadas. A metros del puente que lleva su nombre y a una cuadra de la ruta 22, epicentro de los primeras movidas piqueteras.
Teresa se convirtió más tarde en un símbolo nacional de lucha de los tiempos que vinieron después.
Hoy vemos la misma ruta con movimiento activo de una zona petrolera de trabajo, pleno empleo y buenos salarios.
Otra década.
Hoy vemos la misma ruta con movimiento activo de una zona petrolera de trabajo, pleno empleo y buenos salarios.
Otra década.
2 comentarios:
Hace poco tiempo, Máximo Kirchner lo resumió, emocionado, en una simple, clara y contundente conclusión: LOS NÚMEROS DEBEN CERRAR CON LA GENTE DENTRO. Cualquier proyecto que no contemple este simple postulado, en un país donde la abundancia siempre está a disposición de quien quiera y sepa administrarla, hace necesaria la presencia del estado, ignorando y hasta prohibiendo a "la mano invisible del mercado". Algún monocorde socialista de derecha y otros muñequitos de carteles publicitarios buscan la concordia, el no enfrentamiento, la armonía, la libertad de monopolios y la vuelta al mundo que, en realidad, casi siempre "se nos cagó de risa".
La imagen y el recuerdo de Teresa Rodríguez debería obrar a modo de eterna memoria para no olvidar las canalladas espantosas que muchos argentinos de bien tuvieron que sufrir gracias a las malditas políticas neoliberales.
Eso, Tilo. Con la gente adentro.
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