domingo, 4 de septiembre de 2016

aquella renovación peronista

En las elecciones generales de 1983 el alfonsinismo había ganado las elecciones nacionales y también en la provincia de Buenos Aires provocando la primera derrota en las urnas del peronismo. Comenzaba un clima de generación de un "tercer movimiento histórico" con eje en la UCR y como superador del PJ de entonces.
Raúl Alfonsín había detectado más claramente los valores democrático que se reclamaban mayoritariamente luego de la dictadura más sangrienta y oscura que padecimos. 
Cuatro años después, el 6 de septiembre de 1987, la llamada "renovación peronista" se imponía en la provincia de Buenos Aires y 15 distritos más recuperando la iniciativa política. Recuerdo los nombres de los bonaerenses Antonio Cafiero y Luis María Macaya (la fórmula que recupera la provincia), de aquel riojano de patillas federales, Carlos Menem, el lúcido Carlos Grosso, el cordobés Juan Manuel De La Sota, el enterriano Jorge Busti, el mendocino José Bordón, entre otros. Una generación 40 a 50 años de edad, algo mayor Cafiero, que estructuró un espacio más democrático interno para darle credibilidad al mensaje.  
Lo que vino después es parte de una historia más compleja con caminos que se bifurcan y requiere de un análisis más amplio que un post. Pero el valor de aquel ciclo de cuatro años que comenzó en el mismo instante de la derrota en manos de Raúl Alfonsín, fue la recreación de un nuevo enamoramiento de la sociedad con el peronismo.
Siempre es bueno y necesario en política estar en sintonía con la agenda de la sociedad de su época. 

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