Las tres primeras entidades tienen una historia en común con el ministro Alfonso Prat-Gay y el secretario de Finanzas, Luis Caputo. Fueron sus empleadores en la década del noventa (JP Morgan y Deutsche Bank, y facilitador de la fuga de capitales hacia cuentas a Suiza a través de una de ella (HSBC).
El gobierno de Macri también incorporó a una de las abogadas del HSBC en la conducción Unidad de Información Financiera, y una de sus primeras medidas fue cerrar los casos donde se investigaba a ese banco, que ahora será uno de los encargados de colocar en el mercado deuda argentina.
Esta operación financiera con esos bancos quita cualquier velo a la estrecha relación que existe entre la actual conducción del Palacio de Hacienda y el centro de las finanzas internacionales.
Los bancos cobrarán como mínimo unos 27 millones de dólares por actuar como coordinadores del regreso de Argentina al mercado de capitales internacionales.
De la mano de esta mega emisión de deuda vienen las calificadoras de riesgo y el FMI.
Cartón llenó del regreso de Argentina al mundo de las finanzas globales.