El Frente de Todos sabe que lo que viene es muy complicado y para que la sociedad pueda asimilar las medidas poco simpáticas que deberá implementar es necesario enfatizar algunos conceptos que aludan al cuadro económico más que complicado que dejó la administración de Mauricio Macri al entregar el poder.
Por eso es que la definición tal vez más marketinera sea la que instaló el gobernador bonaerense Axel Kicillof. La usó en particular para la provincia de Buenos Aires, pero el nuevo oficialismo en general la aplica para la situación nacional heredada. Hablamos del concepto “tierra arrasada” que los dirigentes del Frente de Todos no dejan oportunidad de citar.
Previsiblemente, la sesión maratónica de la Cámara de Diputados en la que durante 19 horas oficialistas y opositores pulsearon en torno a la situación nacional, con el proyecto de solidaridad social y recuperación productiva de fondo, fue un ámbito adecuado para utilizar ese término. 45 veces fue citado ese concepto, aunque la novedad está en que no fue el oficialismo el que más veces lo utilizó, sino diputados de Juntos por el Cambio.
En efecto, 33 veces diputados de la oposición hablaron de “tierra arrasada”, no para admitirlo precisamente, sino para rechazar esa condición como imperante en este cambio de gestión. Las restantes, 12, correspondieron al nuevo oficialismo.
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