Leemos en El Espejo (acá la nota completa):
Cabral cuenta que al día siguiente de ese encuentro, Evita lo recibió en su despacho y apenas lo vio le dijo: “Tuvimos suerte. Conseguimos una escuela de Tandil en donde tu mamá va a trabajar de celadora. Estos tres señores te van a acompañar. Y esta carta se la llevás a tu madre y se la das al intendente.”
“Te imaginarás cómo me recibieron en Tandil. A mi madre la trataron como a una celebridad. Y la verdad es que ese encuentro con Perón y Evita me salvó la vida. Yo nací ese día. Nunca había visto semejante manifestación de amor. Y me dije: carajo, el amor gobierna. Yo pensaba que estaba condenado a morir sin saber por qué. Pero ahí supe que la Navidad era de todos y que el desayuno era todos los días.”
(Recuerdo para un recuerdo de Facundo que fue asesinado hace unas horas en Guatemala, en una aparente emboscada)