Carlos Melconian no se calla nada mientras espera con su equipo de reserva.
En Mamá Ganso, la quinta esteña del banquero Jorge Brito, mientras Mauricio Macri se abrigaba para volar a Davos, el presidente del Banco Nación se despachó ante empresarios con críticas poco fraternas hacia Alfonso Prat-Gay y el resto del equipo económico, donde opinó que “no hay ninguna coordinación”.
Su socio histórico y cerebro de la próspera consultora M&S, Rodolfo Santángelo, acababa de divulgar entre sus clientes un informe fechado el 18 de enero donde se definen como “asimétricas” las metas de inflación y de déficit fiscal para 2016 y donde se pronostica que el primer trimestre del año cerrará con una suba de precios del 9%, lo cual llevará la inflación anualizada a más del 32% en marzo.
Muy lejos de la meta del 20 al 25% que propuso el ministro de Hacienda, que el informe reservado cataloga como “demasiado exigente”, pero que el propio presidente ratificó en los Alpes suizos con la mira puesta en las paritarias que considera su primera gran prueba de fuego.
Todo entre halcones. Ya no quedan palomas.