Dijo que la puerta del baño estaba cerrada, que le pidió a Niz que mirara. Que él apenas se asomó y le confirmó: “Está acá”. El cuerpo sin vida de Alberto Nisman.
Niz había declarado algo similar, que la puerta estaba bloqueada por el cuerpo –lo que hacía difícil pensar que un potencial homicida salió de allí– y había un charco de sangre.
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