Donald Trump jamás reconoció la derrota que sufrió hace dos años en manos de los demócratas y denunció un fraude que nunca pudo probar. Y Jair Bolsonaro que parece estar rezagado en la mayoría de las encuestas sigue el libreto de Trump preparando el terreno para su propia versión de aquella movilización que finalmente tomó el Capitolio en Washington, que puso en jaque la tradición democrática en los EEUU.
A pocas horas del balotaje en Brasil y con muy poco tiempo para recuperar espacio en las urnas, Bolsonaro profundizó el cuestionamiento a la legitimidad del proceso electoral en ese país. En un encuentro improvisado con la prensa en las puertas del Palacio de la Alvorada, la residencia oficial en Brasilia, adonde llegó anoche procedente de Minas Gerais, el jefe de Estado informó que había presentado una denuncia en la Corte Suprema contra los ministros del Superior Tribunal Electoral, con quienes anoche resolvió reabrir las antiguas disputas. Trascendió, también, que se aprestaba a reunir a última hora con el ministro de Defensa Paulo Nogueira, y los comandantes de las Fuerzas Armadas. La internacional de la ultraderecha tiene su propio libreto democrático: tensión y violencia.
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