Las casualidades no existen. Si lo sabrá Francisco Oneto, el abogado tiene entre sus clientes a dos de los nombres más famosos de la Argentina, Javier Milei y “Fred” Machado, el empresario detenido por sus lazos con el narcotráfico. Oneto se hace llamar “abogado nivel Dios” y defiende a ambos en paralelo y en distintas causas, además de tener, entre sus representados, a figuras como el estafador Leonardo Cositorto o el rugbier homicida Máximo Thomsen. Y además de haber patrocinado a la nueva brasa caliente de la campaña, el cabeza de lista libertario en la Provincia, José Luis Espert. Cartón lleno.
Veamos caso por caso. Al Presidente, por ejemplo, lo representa en sus demandas contra periodistas y opositores como Fabián Doman y Elisa Carrió, a quienes el líder libertario acusa de haberlo tratado de nazi. También lo defendió en las denuncias por calumnias e intimidación pública que afrontó en campaña, intervino como apoderado en la querella por espionaje ilegal contra el ex policía Ariel Zanchetta y se puso al frente de la estrategia legal en el expediente por la criptomoneda $Libra. En ese caso, Oneto sostuvo en sus redes sociales que, “si un presidente quisiera delinquir, no dejaría todos los dedos pegados”. Curioso argumento.
A “Fred” Machado, a su vez, Oneto lo ayuda en el expediente en el que está acusado por la Justicia de Estados Unidos de lavar 550 millones de dólares narcos. Machado permanece detenido en Neuquén, a la espera de la extradición, y en las últimas horas explotó la revelación de que le había girado 200 mil dólares a Espert para su campaña de 2019. Ese caso ahora urgente hizo que debiera prestarle menos atención a su cliente estrella, Milei, que sabrá comprender hasta que pase la ola.
También hay otros clientes de dudosa reputación. El “abogado nivel Dios” tuvo entre sus defendidos, dijimos, a Leonardo Cositorto en el caso de Generación Zoe, donde llegó a admitir en un debate por Twitter Space que lo habían contratado “para defender una estafa”, frase que lo convirtió en tendencia. También defendió a Máximo Thomsen, uno de los rugbiers sentenciados por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Y representó a Luciano Mallemaci en el caso de la “Manada de Chubut”, y a Daniel Lagostena, condenado por el femicidio de Érica Soriano. Para mantener el mismo perfil de clientes, en junio de 2025 sumó otro nombre fuerte: Leopoldo Luque, el médico imputado por la muerte de Diego Maradona.
¿Cómo llegó Oneto a Milei? De la misma manera en que se acercó a Espert, a través de su colega y amigo Diego Spagnuolo, el ex director de la Andis que después saltó a la fama por los audios de las coimas del 3 por ciento de Karina Milei. Spagnuolo era cercano a Espert, que se lo presentó a Milei, y el ex director de la Andis le llevó a Oneto. Que Espert y “Fred” Machado -el candidato y su mecenas- también compartan los servicios del “abogado nivel Dios” probablemente forme parte del mismo tráfico de influencias entre clientes impresentables.
Milei tiene un abogado que quema. Y que le trae problemas en vez de soluciones.
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